PUERTO DESEADO
Carolina González y Pablo Martín renunciaron a la administración del puerto
Tras el escándalo por el pedido de gratificaciones a las empresas el puerto deseadense quedó acéfalo
El pedido de una millonaria gratificación a empresas pesqueras y mineras por parte de la directora provincial de Puertos, Selsa Hernández, ha desencadenado una crisis en el puerto de Puerto Deseado.
El requerimiento, presuntamente destinado a cubrir supuestos gastos de custodia de un buque de la naviera Maersk, se ha convertido en un escándalo que ya ha dejado sus primeras consecuencias: las renuncias de la administradora del puerto local, Carolina González, y del jefe operativo de la oficina, Pablo Martín.Las dimisiones fueron confirmadas ayer al mediodía, lo que generó alarma entre los diferentes actores del ámbito portuario. La renuncia de ambos directivos se produce en un momento especialmente crítico: en plena temporada del calamar, a pocos días de la llegada de los primeros barcos. Este contexto, de alta actividad comercial y económica, aumenta la incertidumbre sobre el futuro de un puerto que presenta serios problemas de estuctura.
"El pedido de coimas fue la punta del ovillo"
El escándalo comenzó cuando se reveló que Hernández, en su rol como directora provincial de Puertos, habría solicitado grandes sumas de dinero a las empresas locales bajo el pretexto de cubrir los costos de seguridad y custodia de un buque de Maersk. Según fuentes cercanas al sector, el pedido fue recibido como un intento claro de extorsión, lo que provocó una oleada de rechazo entre los empresarios pesqueros y mineros.Un referente de una empresa logística local, que prefirió mantener el anonimato, comentó a Mar&Pesca:
"No sabemos exactamente qué sucedió, pero el pedido de coimas fue la punta del ovillo que desató el escándalo. Los ex directivos [Carolina González y Pablo Martín] no quisieron verse involucrados porque, como empleados del puerto, su responsabilidad podría quedar comprometida. Es una situación crítica, y la imagen de un funcionario pidiendo dádivas en plena temporada genera desconfianza entre las empresas. Nadie va a pagar por un servicio que debería ser legítimo", sostuvo.
Incertidumbre y medidas internas
La renuncia de los dos directivos ha dejado vacíos importantes en la administración del puerto, justo cuando se avecina la llegada de la flota pesquera que opera sobre el calamar. La falta de liderazgo podría poner en riesgo la operatividad del puerto. En tanto se supo que uno de los posibles nombres para ocupar la dirección del puerto es el de Mario Cambi ex empleado de Argenova que había sido sumado por Gonzáles a su equipo a poco de iniciar su gestión como directora del puerto local.
Por su parte, fuentes cercanas al gobierno provincial señalaron que la estrategia ahora es evitar que la directora Selsa Hernández se exponga demasiado ante la opinión pública. Se especula que, en un intento por disminuir el impacto del escándalo, Hernández habría solicitado vacaciones hasta el 13 de febrero. En su ausencia, el cargo sería asumido por Ramón Alí, un reconocido instructor de artes marciales que también fue concejal durante la gestión del exintendente Arturo Rodríguez. Tras su salida de la política, Alí se dedicó al estudio de esa disciplina obteniendo el título de cinturón negro.
El temor de los trabajadores
El impacto del escándalo no solo afecta a la administración portuaria, sino que también podría tener repercusiones en el sector pesquero, uno de los motores económicos de la localidad, en ese sentido los trabajadores del sector temen que este tipo de crisis pueda afectar la llegada de los barcos en un momento donde la temporada parece favorable. "Esto del pedido de coimas espanta a los barcos y lo que los estibadores queremos es que vengan más barcos para que los puestos de trabajo se multipliquen, pero lamentablemente tenemos políticos que son 'cabeza de termo', no entienden porque vivieron toda la vida del Estado y no saben lo que es la actividad privada", dijo un trabajador al analizar la situacion.
Fuente: Mar y Pesca