¿Conflicto interno dentro de las filas oficialistas luego de Las PASO?
El día de ayer fue bastante movido dentro del mapa político nacional, sobre todo para la coalición oficialista del Frente de Todos. El ala más corrida a la izquierda del kirchnerismo viene exigiendo cambios al presidente Alberto Fernández, principalmente en materia económica; de hecho, desde hace ya varios meses que se viene señalando que la vice presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner, está “solicitando la cabeza” de Martín Guzmán, titular de economía del gabinete de Alberto Fernández.
Las PASO del pasado domingo pone en relieve los conflictos a lo interno de la coalición oficialista. Es así como ministros asociados a directamente a Cristina como lo son Eduardo “Wado” De Pedro, Martín Soria, Jorge Ferraresi, Roberto Salvarezza y otros funcionarios cercanos a la vicepresidenta, como Luana Volnovich y Fernanda Raverta, pusieron a “disposición” de Fernández su renuncia al cargo tras la derrota electoral del pasado domingo. En esa misma línea, el lunes pasado, la gobernadora de Santa Cruz (y cuñada de la ex vicepresidenta Cristina Fernández) solicitó la renuncia en pleno de su gabinete de gobierno.
Lo propio haría en provincia todo el tren gubernamental de Axel Kicillof en provincia de Buenos Aires. “Nosotros hemos puesto a disposición nuestro lugar de responsabilidad al gobernador y el gobernador tendrá que tomar la decisión de elegir con qué equipo quiere seguir y con quién diseñará su gabinete futuro”, dijo ayer en la mañana la ministra de Gobierno de Kicillof, Teresa García al periodista Luis Novaresio. La ministra García fue aún más directa e incisiva en el mensaje al señalar que: “todos los funcionarios públicos, después de una elección en la que uno es derrotado, tienen que poner a disposición de quienes conducen el destino de la provincia, o de donde sea, la renuncia”. El destinatario de ese mensaje, claro y contundente, no es otro que el presidente Fernández.
¿Pero cuál es el mensaje?
Analistas coinciden que el mensaje político de Cristina Fernández al primer mandatario nacional es claro: Hay que dar virajes sustantivos en la conducción del Gobierno nacional. La interrogante que se hacen otros analistas— más corridos a la derecha— tiene este tenor: ¿Pero no es acaso Cristina copartícipe de la derrota del domingo pasado? En entrevista con Diego Sehinkman, Lilita Carrió (fungiendo analista política, así lo expresó directamente ante el Sehinkman) señaló: “Hay sectores que pueden usar la violencia en esta presión de la vice presidente”. En una misma línea crítica, fundamentalmente en contra de Cristina Fernández, Carrió expresó: “Quieren voltear un presidente, debilitarlo y poner sus ministros (…) Lo que hace la vice presidenta es un golpe de Estado”.
Por su parte, la referente del PRO, Patricia Bullrich, dijo en el programa A dos voces en TN, a propósito de la renuncia de varios ministros del gabinete de Fernández: “Es la primera vez que el peronismo unido saca un tercio de los votos, y por eso es la primera vez que están frente a la posibilidad de la derrota de un modelo y de un proyecto que hoy no está muy claro cuál es”. En el mismo programa de TN, el senador Martín Lousteau también cargó contra el Gobierno nacional: “Esto es producto del diseño de la fórmula presidencial”. El dirigente de Juntos por el Cambio dejó entrever que dentro del propio Gobierno nacional hay fracturas internas importantes que, sin dudas, tendrán una repercusión en las elecciones legislativas del 14 de noviembre.
Entre tanto, algunos actores afines al Gobierno nacional como el dirigente social Luis D’Elía presentaron sus puntos de vista con el objetivo de buscar puntos de encuentros y, principalmente, crear un clima de conciliación dentro de la facción gubernamental: “Es un momento de actuar con mucha responsabilidad política, no me gusta un carajo (sic) la política económica de Alberto Fernández, pero marcho para bancar la unidad del Frente de Todos y para bancar la figura presidencial, porque si lo rajan a este vamos camino al desastre, se los dice alguien que estuvo tres años preso por hacer kirchnerismo”, planteó D’Elía en entrevista para Radio Rebelde. Para el dirigente social, el mensaje —que coincide con el de Cristina Fernández y sus más cercanos cuadros— es claro: hay que cambiar el rumbo económico del país.
En medio de esta movida política, la tarde de ayer trascendió que el Jefe de Estado recibió apoyo de algunos gobernadores como Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Uñac (San Juan), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Juan Manzur (Tucumán), Omar Gutiérrez (Neuquén) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis). Entre estos apoyos al presidente Fernández, uno de los más directos fue el del gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet: “Desde Entre Ríos hacemos saber nuestro apoyo total al Presidente. Es el único que garantiza la unidad del frente de todos y de los argentinos”. En la misma línea de Bordet, desde Catamarca, Raúl Jalil destacó: “Quiero expresar mi apoyo al presidente Alberto Fernández. Es con todos porque la responsabilidad es de todos. Un resultado electoral es producto de la democracia y no debe complicar la gobernabilidad. Debemos escuchar y analizar cada demanda de la gente. Así lo hicimos en Catamarca”.
Habrá que esperar a ver qué dice el presidente y la vice presidenta de la nación. Son los actores claves dentro de este capítulo complejo que le toca vivir a la coalición gubernamental. Las cartas están echadas. Las diferencias en la conducción del Gobierno ya no pueden ocultarse. La tesis que manejan algunos analistas acerca de una eventual “bicefalia gubernamental” adquiere cada vez más fuerza. Ahora mismo, desde el Gobierno nacional se esperan algunas reacciones claras acerca de lo que está pasando. Lo cierto es que, en términos de mensaje político, lo que se deja entrever es el quiebre a lo interno de la coalición peronista. Habrá que ver cómo viene la mano y, fundamentalmente, cuál es el mensaje político que envía el Gobierno nacional, principalmente para aminorar las incertidumbres, dado que se viene una importante justa electoral en poco menos de dos meses.
