Países preocupados por los alcances de la Cumbre del Cambio Climático
Los compromisos sobre el clima que se han alcanzado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26)
Serán muy limitados y llegarán demasiado tarde para proteger a las comunidades vulnerables que ya están sufriendo los efectos de la emergencia climática, según afirman los delegados y observadores de todo el mundo.
Aunque en la cumbre de Glasgow se lograron algunos avances en cuanto a la ambición de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los defensores de la causa sostienen que en las últimas horas de las negociaciones se perdió un apoyo financiero fundamental para los países en desarrollo y, sobre todo, en estado de vulnerabilidad.
Con las decisiones sobre la COP26, el Acuerdo de París y el Protocolo de Kioto entregadas el sábado, Frank Bainimarama, primer ministro del de Fiji, dijo: “El objetivo de 1,5°C deja a Glasgow maltrecho, magullado, pero vivo”.
Las pequeñas naciones insulares y los países en vías de desarrollo han luchado intensamente durante dos semanas para asegurar los compromisos de eliminación progresiva del uso de combustibles fósiles, así como la financiación de las pérdidas y daños —los daños irreversibles causados por el cambio climático— y la adaptación y mitigación. Sin embargo, esto ha sido más un deseo que una realidad. Mucho ruido y pocas nueces: el discurso no trascendió hacia la acción concreta y determinativa. Aunque los borradores de las decisiones prometían cumplir estos objetivos, los delegados aceptaron “con espíritu de compromiso” la decisión de reducir gradualmente —en lugar de eliminar— la obtención de energía a partir del carbón. Además, hubo un retroceso en un plan claro para financiar daños y pérdidas.
La voz de la ONU
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirmó que la cumbre no logró los objetivos clave de poner un precio al carbono, acabar con las subvenciones a los combustibles fósiles y cumplir la promesa de destinar US$ 100.000 millones anuales para la financiación climática para los países en desarrollo.
No obstante, indicó Guterres en un tono más diplomático que había “elementos para avanzar” en los textos finales, que “reafirman la determinación” de limitar el calentamiento global a 1,5°C, impulsar la financiación climática para la adaptación y reconocer la necesidad de reforzar el apoyo a las pérdidas y daños para los países vulnerables.
Algunos de los acuerdos más relevantes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático son:
- Los países asumen que para 2030 hay que reducir emisiones de CO2 un 45%
- Los Estados tendrán que revisar sus compromisos de reducción en 2022
- Se cierran las reglas de mercados de carbono
- Los países ricos deben duplicar sus aportaciones para ayudar a los pobres a partir de 2025
- Pacto para reducir un 30% emisiones de metano
- Acuerdo climático entre EE UU y China
- Pacto de algunos países y fabricantes para fin del coche de combustión desde 2035.
Como se aprecia, hay mucho por avanzar. La COP26 deja tras de sí otra estela de “buenos deseos” que no terminan por cristalizar como fuerza motriz para cambiar el rumbo civilizatorio. Otra cumbre con flashes, alfombras rojas, esmoquin, largos discurso… Pero en un mundo que tose, estas decisiones fundamentales no pueden esperar. Sin voluntad de cambio en el modelo de desarrollo, difícilmente se podrá avanzar a un mundo distinto, un mundo respirable, amable.