SPSE asegura que trabaja contrarreloj para restablecer el servicio

Una nueva semana inicia sin agua en Caleta Olivia. A la turbiedad de la semana pasada, se suman roturas troncales que impiden el normal suministro del recurso.

Una escuela suspendió las clases porque los “docentes no pueden asearse”. Concejal reclama la declaración de la emergencia hídrica y un plan de contingencia. El 22 de mayo pasado, el Gobierno Provincial publicó una rimbombante gacetilla de prensa. “Vidal inauguró la construcción de un acueducto que traerá alivio a la falta de agua en Caleta”, indicaba el titular, pero hasta el momento no ha cambiado nada de la traumáticas consecuencias de vivir a diario sin agua.

Evidentemente, la resolución del problema no es tan fácil y las soluciones mágicas no existen. Desde el miércoles 24 de julio cuando se informó el corte de suministro en la localidad por alta turbiedad todavía no se volvió a regularizar el servicio y las familias debe padecer todos los inconvenientes que la falta del suministro acarrea. Ahora funcionarios de SPSE Caleta Olivia explicaron que están trabajando en la reparación de una cisterna de 5000 mil litros, que es la que distribuye el agua a la ciudad y para ello se espera la llegada de material para poder trabajar.

No hay fechas precisas respecto a cuando se normalizará la situación.Mientras tanto la vida sigue para los caletenses, o al menos así se pretende. Hoy debían comenzar las clases, al igual que en las restantes de localidades de la provincia, pero algunas escuelas anunciaron la suspensión debido a que los docentes se encontraban sin suministro en sus hogares. También volvió una vieja postal de la ciudad del Gorosito: las largas filas en el cargadero de agua.

Es que este problema no solo afecta a los hogares, sino también a la industria pesquera, clínicas, hoteles y estaciones de servicio. Entonces los camiones grandes van a la industria y en especial a las plantas pesqueras que ven peligrar la materia prima. Todo se perjudica sin agua y los riesgos son serios: se pone en peligro la salud pública.

Por esta razón el concejal radical Juan Carlos Curallan solicitó al intendente Pablo Carrizo que se declare la emergencia hídrica y sanitaria por 72 horas y se ponga en marcha un plan de contingencia para la distribución de agua. Parece que los grandes anuncios no alcanzan. Al menos, un título en un diario todavía no trajo soluciones a este problema y es necesario que las autoridades provinciales se pongan a trabajar de una vez para todos en un esquema que garantice la normalización del servicio hasta tanto que se lleven adelante las obras de infraestructura que den solución definitiva al problema.