CUERPO ENCONTRADO
El cuerpo del empresario desaparecido en Río Gallegos estaba semienterrado
Elbio Ramírez, vocero de la policía, brindó detalles de como fue el proceso desde que encontraron a la persona fallecida en el barrio Ayres Argentinos.
El empresario fue encontrado semienterrado en un descampado en zona sudoeste en las afueras de la ciudad capital. Solo se le veía el rostro y un tatuaje que permitió identificarlo. Las pericias en el lugar se extendieron durante toda la madrugada.
La estepa patagónica, bañada por los últimos rayos del día, fue el escenario donde Nelson Ariel Romero, de 56 años de edad, fue encontrado sin vida, cubierto con una tímida capa de tierra, por agentes de la Comisaría Primera, quienes estaban a punto de rendirse tras tres días de intensos rastrillajes en la periferia de la ciudad capital.
La belleza natural se vio opacada por lo macabro de la violencia humana cuando, tras divisar un montículo de tierra con signos de haber sido removido recientemente, los agentes de policía exclamaron: “Es la persona que estamos buscando. Avisá a la superioridad.” Así, al mover el arcilloso terreno, descubrieron el rostro de Ariel Romero.
El cuerpo estaba enterrado apenas a unos 50 o 60 centímetros de profundidad. Solo se veían su cara y un tatuaje en el pecho que confirmaba la identidad de la víctima, según indicó una fuente presente en la primera inspección.De acuerdo con la información preliminar a primera vista, debido a que el cuerpo estaba cubierto de tierra, no se pudo determinar si presentaba lesiones, ya que el rostro no reflejaba señales evidentes.
Para situarnos en el tiempo y el espacio, Nelson, un conocido empresario de Río Gallegos dedicado a la seguridad privada, había desaparecido el lunes. Desde entonces, se realizaron rastrillajes basados en la localización de celdas de comunicación y cámaras de seguridad que mostraron la camioneta transitando por la periferia de la localidad.
La Policía realizó trabajos sectorizados: algunos en los accesos a la ciudad desde Güer Aike y otros desde el acceso a la localidad por Chimen Aike. Fue cerca de las seis y media de la tarde, cuando el ocaso comenzaba a aparecer y se estaba a punto de dar por concluida una jornada sin resultados positivos.
Los agentes de la Comisaría Primera estaban peinando la zona sudoeste de la periferia, avanzando desde el barrio Chimen Aike por la calle 38 hasta la intersección con la 63. Justo en el límite de la “civilización”, donde apenas hay terrenos cercados con membranas, en un descampado que presenta una depresión en el suelo que luego se transforma en estepa, fue encontrado el cuerpo del empresario.