¿Qué hay detrás de la estrategia de Zuckerberg?
El cambio de la famosa red social no es sólo un asunto de estrategia de mercado. Detrás hay intereses económicos más complejo.
En 2004 Mark Zuckerberg lanza Facebook junto a otros jóvenes estudiantes de Harvard. 17 años después, esta plataforma es la red social más grande del mundo. De igual forma, ha convertido a su principal creador en uno de los hombres más ricos del mundo. La fortuna de Zuckerberg, según Forbes, se estima en más de 73 mil millones de dólares.
Recientemente, Frances Haugen, exgerente de Facebook filtró una serie de documentos de la empresa en los que se brindan detalles acerca de los efectos negativos del modelo de negocios sobre la sociedad, de su conocimiento por parte de la empresa y el desinterés por reducirlos. Lo que más resalta de todo esto es la incapacidad para revertir el modelo de negocio. Para el magnate de las redes sociales, lo más expedito y estratégico ha sido cambiar de nombre. Dentro de poco, Facebook pasará a llamarse Meta. Aunque el modelo de negocios quedará incólume.
Las denuncias a Facebook por compartir detalles íntimos de los millones de usuarios no cesaron. De igual forma, no se pudo detener la circulación de teorías conspirativas, principalmente asociadas por sospechas de la injerencia rusa en las elecciones de 2016 en Estados Unidos, manipular a los adolescentes para que no puedan dejar la pantalla, aunque los afecte, entre otras denuncias. Zuckerberg ha hecho algunos esfuerzos por revertir el eje de la polémica, pero sin cambiar el modelo de gestión de la compañía.
El 06 de enero de 2021 simpatizantes de Donald Trump irrumpieron violentamente en el Capitolio. Algunos analistas denominaron aquel hecho como un ataque directo a la democracia estadounidense. Facebook operó como una de las redes más importantes para la convocatoria que luego derivó en la toma del Capitolio. Fue en ese contexto en el que Frances Haugen decide desvincularse formalmente de la empresa de Zuckerberg.
Frente a los diferentes escándalos que tuvo que enfrentar, Zuckerberg ideó una estrategia para intentar desviar la atención. En primero lugar, cambiar el nombre de la empresa. De Facebook se pasará a llamar Meta. Y, en segundo lugar, la corporación creará dos segmentos que, finalmente, se complementarán en el esquema de negocios de Zuckerberg: uno para la familia de las aplicaciones (Facebook, Instagram, Messenger, WhatsApp son las más conocidas) y otro para los emprendimientos de realidad virtual llamado Reality Labs.
Con Reality Labs el magnate de las redes sociales profundizará el camino iniciado por Oculus rift para llegar a la construcción de un muy ambicioso Metaverso, suerte de universo paralelo inmersivo al que se accederá con anteojos de realidad virtual. A los más de 10.000 empleados que ya tiene trabajando en este proyecto, sumará otros 10.000 en Europa y planea invertir 10.000 millones de dólares en los próximos años.
Como quiera que sea, Zuckerberg y su empresa no dejaron de ganar millonarias sumas. En los últimos tres meses, la empresa ha facturado más de 9 mil millones de dólares, 17% más que en el trimestre anterior. Zuckerberg intenta esconder, tras la fachada de la filantropía y su imagen de nerd de Harvard una actitud empresarial ciertamente voraz que no repara en las apropiaciones que los usuarios hacen de sus redes sociales.